Asi reza una canción. Un amigo se ha ido. un amigo se nos ha adelantado.da esa vida, ese apoyo a su esposa, esa fe y ese amor en Dios y en su familia. Alli nos veremos. Chema sds. Que este ya en las manos del ^Padre Dios.
Ponemos el articulo escrito por Matías.
QueHA MUERTO ITALO MONROY
Lamento caer en lo que algunas veces critico a otros. Y es hablar y enumerar virtudes de una persona cuando ha muerto. Pero en mi disculpa tengo que decir que en la misa de cuerpo presente, concelebrada por siete sacerdotes en La parroquia Vista El Sol, en concreto en LA Victoria, me enteré de cosas que no conocía. En la segunda crítica no caigo y es escribir loas de gente “importante”, aunque sea el Papa, porque para este cometido sobran gente que lo hace. Suelo escribir de la gente que mejor conozco, de hombres y mujeres del pueblo, La Sras. Rosa y Lala de Petare o de los chicos de la esquina de Guayana.
El lunes 18 del presente mes de Julio asistí, repito, a la misa de cuerpo presente de ITALO MONROY, un hombre joven, de 42 años, esposo y padre de dos hijos. En el último año se había acercado por la parroquia a ver si podíamos conseguir de la gobernación una buseta para trabajar con ella. No pudo ser, por más llamadas que hicimos, no nos respondieron.
La misa fue de gloria, de acción de gracias por la bondad de este hombre. El prefacio cantado por el párroco Gustavo, bellísimo, enumerando momentos fuertes de la salvación del Señor Jesús. Allí lloraba hasta el gato, lágrimas mezcladas, por la separación y por la emoción de la realidad que habían podido vivir. Con Italo. Estábamos una buena representación de las CEBs de Guayana y el Delta, con José Antonio Santana a la cabeza. Qué mala es esa historia que se olvida de los hombres del pueblo que van construyendo día a día una vida mejor, que van haciendo posible el Reino de Dios, de justicia, de solidaridad, de fraternidad. Fue emocionante en el ofertorio cuando salieron tres personas con la cuchara de los albañiles, con el rodillo de los pintores y con el destornillador de los electricistas. Italo fue todo eso para su comunidad. La Iglesia era su segunda casa y desde el barrio se entregó a los jóvenes que metidos en la violencia y en la droga no tenían salida. Pura muerte violenta. Vallita, su esposa, es la coordinadora de las CEBs de Guayana. Es una mujer impresionante, que contó siempre con el apoyo de su marido. Y ella dio testimonio: “Por más que pienso en un momento de malhumor con Italo, un tiempo de desasosiego, no lo consigo. Mi vida con Italo no sólo era hacer el amor –que por cierto era muy buen amante- lo nuestro era construir el amor. Italo era bello, luchador, perfecto, es único pero eso sí le digo a mis hijos que no hay que imitar, sólo podemos imitar a Jesús de Nazaret. Italo siempre me valoró como mujer, siempre me apoyó cuando salía tanto del país, enviada por las CEBs de Guayana, y las Comunidades de base de Venezuela. No podía pedirle una hoja porque me entregaba una resma. Sus ahorros los invirtió para que yo no dejara de estudiar. Italo fue muy amado, era parte de la gran familia salvatoriana. Italo fue muy querido por mis hermanos, mis padres, mis sobrinos, por toda mi familia. Luchó por sus dos hijos a los que amaba de manera especial. Y cómo olvidar el mensaje a los hombres de la Victoria: Si conocieran lo feliz que es uno cuando está cerca de Jesús, cuando es parte de la Iglesia, acérquense a la comunidad parroquial y vivan la inmensa alegría que yo viví”. Hace 10 años, “el P. Fernando pudo irse “tranquilo” a nuevas misiones porque él fue quien presenció nuestro matrimonio por la Iglesia, el día más feliz de mi vida”
Italo fue probado en su cuerpo, una enfermedad fuerte, de mucho sufrimiento. “Italo dormía en mi regazo como Jesús en el de su madre María cuando bajó de la cruz. El se encontró con ese Nazareno crucificado en su propia enfermedad. Por eso todos los días me pedía que le cantara la canción que más le gustaba. Nunca le tuve lástima, siempre le valoré todo lo que él valía. No puedo sino dar gracias a Dios por haberme regalado la vida, 22 años, al lado de este hombre, su hijo. Y le canté la canción: “Si quieres prueba de mi amor, mira al calvario. Si quieres prueba de mi amor, mira mis manos. Si quieres prueba de mi amor, mira mi costado, mira mis pies, mira mi frente ensangrentada, porque te amo, porque te amo como nunca nadie te amará jamás. Porque te amo llamaré siempre a tu puerta. Y escucharás siempre mi voz tierna y amante. Si tú me abres entraré para saciarte. La sed de tu alma sólo mi amor puede apagarte.”
En paz descanse este hombre de Dios, ÍTALO MONROY, hombre del pueblo, de su familia y de la gran familia de la comunidad cristiana salvatoriana. En paz descanse y por nosotros pecadores interceda allá en el cielo. Y salimos de la Iglesia entonando con su familiar, con las manos unidas, esa canción que tantas veces hemos cantado alrededor de la hoguera, de la amistad, de la fraternidad y del amor. “Por qué perder la esperanza de volverlo a ver, si hay tanta querer…no es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós, que pronto allá en el cielo nos reunirá el Señor”.
Matías Camuñas
San Félix, 18-7-11