De nuestro buen amigo el arzobispo de Tanger ( Africa)
CRISTO HA RESUCITADO
A la Iglesia de Dios que peregrina en Tánger:
Paz y Bien.
Para los clandestinos y los excluidos, los humillados y los esclavizados, para quienes el futuro previsible sea el de honrar la memoria de un joven amigo muerto, para hombres y mujeres que soñaron amanecer en un mundo nuevo y despertaron en la orilla oscura de su mundo viejo, para todos ellos es la buena noticia de la Pascua: “¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. HA RESUCITADO”.
¡Buscar a Jesús!:
En los días lejanos de su infancia marcada por el amor recibido y la pobreza experimentada, habían buscado a Jesús, para adorarlo, unos magos venidos de oriente. Lo habían buscado angustiados también su padre y su madre en una fiesta de pascua, cuando la de Jesús era una adolescencia recién estrenada. Ya adulto, todos lo buscaban, y le llevaban enfermos y pecadores que en él hallaban médico, salud y salvación. Lo buscó Zaqueo el recaudador, pequeño y pobre de justicia y de amigos. Lo buscó la población entera que se agolpaba a la puerta de la casa donde Jesús estaba como si aquella fuese en realidad, no la casa de Pedro el pescador, sino la casa del pan y de la vida.
También lo buscaron con ahínco sus enemigos: Lo buscó Herodes para matarlo, lo buscó Judas para traicionarlo, lo buscó una turba que fue con machetes y palos a prenderlo de noche en un huerto de angustias y de olivos.
Ahora, en la mañana del primer día de la semana, con las primeras luces del día, unas mujeres, lo buscan para embalsamarlo.
Aquellas mujeres habían seguido a Jesús por los caminos de Galilea, lo habían atendido, y luego habían subido con él a Jerusalén. Para ellas, seguir a Jesús había sido algo así como expatriarse de un mundo viejo para emigrar a un reino soñado, en el que Dios era el Rey, y el amor la única ley.
Ahora, se disponen a embalsamar las esperanzas perdidas. Les queda un amor abrazado a los recuerdos, les queda un sepulcro donde yace el cuerpo del amado, ¡y queda Dios!
Ellas aman y buscan. Y porque buscan, se les concederá encontrar a quien aman.
Si amas, hermana mía, hermano mío, aun cuando busques a Jesús donde ya él no está, hallarás abierta la tumba y resucitado al que buscas.
Cristo ha resucitado
Testigos de la resurrección:
A ti, Iglesia amada de Dios, a ti se te ha confiado el testimonio de la resurrección.
Desde esta primera Pascua hasta el último día de la historia has de retener el evangelio del que eres testigo: Cristo ha resucitado.
Serás testigo con tu vida: Cristo mirará por tus ojos, curará con tus manos, orará con tus labios, amará con el corazón de tus hijos.
Serás testigo con tu muerte: La de cada día, la de la entrega aprendida mirando a tu Señor, la del abandono en las manos del Padre, la del olvido de ti misma para ser del que amas. Serás testigo con tu atardecer en la paz. Serás testigo, Iglesia y esposa, con tu último y definitivo sí.
Para ti, para tus hijos, para tus pobres, feliz Pascua de resurrección.
Tánger, 8 de abril de 2012.
Siempre en el corazón Cristo.
+ Fr. Santiago Agrelo Martínez
Arzobispo de Tánger