Os envío parte de una entrevista que ha realizado nuestra oficina internacional a un párroco de Damasco, que quiere permanecer en el anonimato. Sigamos rezando por ellos.
“Es muy importante para nosotros saber que en Siria no estamos solos”
ACN, Königstein – 25 de julio de 2012. “No me iré de aquí. Soy sacerdote en la buenas y en las malas, es decir soy “padre” y ahora tengo que estar con mi gente” esta es la reacción de un sacerdote ante la dramática situación que están viviendo en Damasco en los últimos días. En una conversación telefónica con Ayuda a la Iglesia Necesitada pidió continuar con la oración por la paz en Siria: “La ayuda material es importante pero el abismo del miedo y la soledad no se vencen con dinero en el bolsillo, es muy importante saber que no estamos solos“.
A continuación relata su lucha por transmitir esperanza en un escenario de pesadilla: “El domingo celebré la misa para la pequeña comunidad que se atrevió a venir, era la primera vez en mi vida que celebraba la misa en semejante circunstancias, con tiros y disparos de fondo. Fue muy difícil”. La importancia de sentirse acompañados hace referencia también a la misma comunidad local: “Intenté que la celebración de la Santa Misa nos diera fortaleza y rezamos intensamente por la paz. Al final los fieles me abrazaron emocionados, seguía existiendo temor y miedo pero se iban acompañados de la fuerza del espíritu.” Según palabras del sacerdote en las últimas horas la ciudad vive una calma fantasmagórica después de los altercados y luchas de la semana pasada. Sin pan y carencia de otros alimentos, sin electricidad ni gas y con un calor de más de 43°hacen la vida diaria difícil.
En una carta enviada a familiares y amigos, el sacerdote relata la situación de los últimos días y pide también oraciones para tener la fuerza y la valentía a fin de poder ser apoyo para otros. “Solo Dios sabe cuánto me cuesta encontrar palabras para animar a la gente a no perder la esperanza” escribe en su relato. La fuerza la saca de la oración: “Lo miro en la cruz -tengo un crucifijo grande frente a mi- y entonces encuentro consuelo, y entiendo que el yugo que el llevó y soporto era muchísimo mas grande que el nuestro, y entonces vuelve la paz al corazón.
Así mismo recalca: “Tengo que compartir con este pueblo en el que Dios me puso, todo lo que la gente vive. Como diría san Pablo -que en esta ciudad encontró a Jesús tanto tiempo atrás- tengo que „reír con los que ríen, llorar con los que lloran». Y concluye con una petición: “Por favor recen por nosotros. Recen por nuestro presente y nuestro futuro. Recen para que esto no siga adelante y alguien salve lo que aun se puede salvar.”
La asociación católica internacional «Ayuda a la Iglesia Necesitada», que se financia exclusivamente con donativos privados, apoya a personas del ámbito eclesial que ayudan a otras. Cada año financia al menos 5.000 proyectos, principalmente de carácter pastoral. «Ayuda a la Iglesia Necesitada» tiene como prioridad el compromiso por la libertad religiosa y la reconciliación. Desde su fundación en 1947, la Asociación se identifica con la defensa de los cristianos oprimidos y perseguidos. Cada dos años, la Asociación publica una documentación «sobre la libertad religiosa en el mundo» y un informe «sobre la persecución de los cristianos a escala internacional».