Estas palabras se cumplen hoy
Narrador Jesús empieza a recorrer aquella región con el poder del Espíritu, y su fama va creciendo por todo el país. Enseña en capillas y oratorios de pueblos y aldeas, y toda la gente que lo escucha, lo alaba, porque enseña con autoridad y dice palabras que dan esperanza a un pueblo que camina en las tinieblas. Hoy es la primera vez que llega a una iglesia importante, una gran basílica, elegante y exclusiva, donde se han presentado los más famosos predicadores del mundo. Le invitan a subir al podio y le presentan una enorme biblia finamente encuadernada, con hermosas letras góticas hechas por monjes a lo largo de tantos siglos, traída de Europa y conservada desde la edad media. Jesús no logra entender esas letras tan llenas de adornos. Prefiere sacar de su morral la biblia popular que siempre lleva consigo, manchada y gastada por el uso, que hasta estuvo enterrada durante los años de la persecución envuelta en bolsas de plástico. La coloca sobre el atril, no sin antes permitir que el acólito corra a poner un trapo blanco, para proteger el precioso mantel con los colores litúrgicos y adornos dorados que cubre el ambón.
Acólito (SUSURRÁNDOLE) Me dijo el padre que ésta tu biblia puede contaminar la pureza del altar.
Jesús (SUSURRANDO TAMBIÉN) Yo creo que aquí ya está todo contaminado. A ver si logramos exorcizar un poco.
Narrador Hay un gran silencio en el refinado templo. Todos los presentes tienen los ojos fijos en Jesús. Entonces abre su Biblia y encuentra el pasaje de Isaías donde está escrito:
Jesús “El Espíritu del Señor está sobre mí.”
Narrador Todos los presentes sienten como una energía grande que se extiende por todo el templo.
Jesús El Espíritu sopla donde quiere: sobre mujeres y hombres, niñas y niños, ancianas y ancianos, sobre los más humildes sopla el Espíritu de mi Padre… no solo sobre sacerdotes y obispos, no solo sobre pastores y predicadores. Sopla sobre la Iglesia toda, para que sea modelo y ejemplo de verdadera democracia, donde todos y todas realicen libremente las tareas y servicios que hagan falta y puedan elegir y designar a quienes van a servir en los diferentes ministerios.
Narrador Las autoridades de esa iglesia empiezan a inquietarse, mientras la gente no puede creer lo que está escuchando.
Jesús “El Espíritu me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres”, para darles la buena noticia de que pronto van a tener vida y comida en abundancia, que sus hijos no morirán de hambre, que una nueva humanidad ha comenzado y el nuevo mundo es ahora realidad.
Narrador Los poderosos que han acaparado los bienes de la tierra y amontonan la comida en sus multinacionales voltean a verse entre sí para ponerse de acuerdo en cómo callar a ese revoltoso.
Jesús El Espíritu me ha elegido “para anunciar la libertad a los cautivos”, a quienes están presos por leyes injustas y autoridades vendidas, a los cautivos de su propia ambición de dinero y de poder. A anunciar a la misma Iglesia que será liberada de sus propias leyes y tradiciones caducas, que va a ser la promotora de los derechos y libertades de todos los hombres y mujeres, empezando dentro de ella misma.
Narrador El descontento se va generalizando en el enorme templo, pero Jesús prosigue su lectura:
Jesús El Espíritu me envía para anunciar “a los ciegos que pronto van a ver”, porque la Iglesia será el camino, la verdad y la vida para el mundo, la esperanza y la comprensión de los pueblos, la alegría y la fraternidad para todos los hombres y mujeres. Y ante esa luz, quedarán ciegos quienes han negado la luz a los pobres, a quienes han dejado ciegos en la confusión, en la ignorancia y la marginación.
Narrador Funcionarios de gobierno también se sienten aludidos y ven peligrar sus cargos, que tanto dinero les ha costado alcanzar.
Jesús El Espíritu me envía “para despedir libres a los oprimidos” por la explotación, la discriminación, el machismo, el racismo… El Espíritu envía a la Iglesia a bajar a los pobres de la cruz y a denunciar a sus crucificadores. Le exige que destine todo su esfuerzo y todo lo que tiene en buscar el Reino de Dios y su justicia. Al fin y al cabo, la última y definitiva pregunta para todos y todas, será: ¿Qué hiciste con tus hermanos los pobres?
Narrador En la plaza se va reuniendo mucha gente, porque la ceremonia, como de costumbre, se está transmitiendo por los medios de comunicación. Llega mucha gente pobre, atraída por la esperanza que esas palabras les están despertando. Pero llegan también fuerzas antidisturbios y pelotones antimotines, que van ocupando lugares estratégicos.
Jesús El Espíritu me ha ungido “para proclamar el año de gracia del Señor”. Ha llegado el tiempo en que la Iglesia cumple su misión: hacer presente el Reino de Dios, hacer realidad una sociedad de hermanos y hermanas, donde hay gozo y alegría, y nadie pasa necesidad. El mundo se renueva, se renueva la faz de la tierra. La Iglesia actúa con el Espíritu del Evangelio para cambiar la realidad del mundo actual. Ya no irá a remolque del pasado, sino a la vanguardia del presente en busca de entender e interpretar los signos de los tiempos. Es el momento justo para proclamar: ¡El Reino de Dios ha llegado!
Narrador Las multitudes, que van aumentando cada vez más en el parque, empiezan a gritar y a agitar pancartas que dicen: “Queremos Políticos honrados”; “gobiernos austeros que defiendan los intereses de los más pobres”; “sindicatos que luchen de verdad por los derechos de los trabajadores y desempleados”; “jueces libres y eficientes”; “periodistas que busquen la verdad, defiendan la verdad y digan siempre la verdad”.
Jesús Hoy se cumplen estas palabras proféticas. Esta Escritura se cumple hoy.