¡Dichosos! … los que durante el verano opten por:
ELEGIR EL CAMINO DE LA VIDA
ABRIRSE al Espíritu que susurra y despierta el Amor, que no tiene vacaciones, y siempre está activo, volcándose gratuitamente en aquello que de verdad uno ama: los amigos, la familia, uno mismo, la creación y, sobre todos, Dios-Padre.
ESCUCHAR con los “oídos del corazón” a toda persona que se acerque a su vida.
REGALAR algo nuevo, algo que brote en su interior, dejando salir la vida, que el Espíritu va engendrando y que bulle por surgir.
LLENAR el tiempo de gestos gratuitos que hacen más humana la existencia: la paz, la alegría, la entrega, la libertad, la creatividad, la esperanza.
CONVERTIR cada momento del tiempo cronológico, que se escapa vacío y fugaz, en un tiempo de calidad nueva, en un tiempo para amar, para entregar vida, para “mirar” la creación dejándose sorprender por los detalles más pequeños.
DESCANSAR el corazón, las energías de la vida, en Jesús. “Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os daré
descanso” (Mateo 11,28). “Sólo en Dios descansa mi alma” (Sal61,2). “Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta” (Teresa de Jesús).
Dichosos los que saben mirar,
porque descubrirán un mundo nuevo.
Dichosos los que saben escuchar,
porque oirán las voces de los sin voz.
Dichosos los de corazón solidario,
porque están haciendo un mundo más humano.
Dichosos los que aman con gratuidad,
porque en su corazón brilla la sonrisa del Abba.
Dichosos los que confían en Jesús
porque harán felices a los que les rodean.
Dichosos los que siembran buenas noticias,
porque están alentando la esperanza.
Dichosos los que llevan el gozo y la paz,
porque están anunciando el Reino de Dios.
El encanto de lo cotidiano
Cada amanecer nos pone delate dos caminos: el del desánimo ante las dificultades y trabajos que tenemos que afrontar o el de la confianza en Jesús, el Señor de la Vida, el Amigo verdadero.
Cada amanecer nos invita a decidir cómo queremos vivir el día: con una actitud positiva mirando, escuchando, alabando, agradeciendo todo DON de Dios, o por el contrario, dejamos que en nuestra conciencia se despierte el recuerdo de los problemas, las dificultades, los conflictos sin resolver.
Al despertarnos el Espíritu de Vida y de Verdad, viene en nuestra ayuda de nuestra fragilidad y nos recuerda que nuestra vida está en las Manos del Padre. He encontrado una oración al Espíritu Santo que nos puede ayudar…
Ven, Espíritu Santo,
enciende la llama de la fe-confianza
para percibir la verdad interior
que trae todo acontecimiento.
Ven, Espíritu Santo,
cambia nuestros sentimientos negativos
por los sentimientos de Jesús
Ven, Espíritu Santo,
rompe la tristeza, la dureza y la angustia,
e inunda nuestro ser de Gozo y de Paz
Ven, Espíritu Santo,
aviva en nuestro interior las entrañas fecundas de vida
para que derramen amor sin condiciones.
Ven, Espíritu Santo,
para que el amor y la vida sean una ofrenda permanente,
abierta a quien la quiera recibir. Amén.