Ord 7 A Mt 5:38-48 Amen a sus enemigos
No es una broma, esto ocurre en Guatemala y en muchos lugares del mundo. Tomar la justicia por su mano, ante tanta injusticia sin esclarecer. Como en Fuente ovejuna.. ¿ Quien fue? Todos a una, unidos haciendo violencia y tomando la justicia por su mano. Sirva esta reflexión para ver que el camino de Jesús es diferente. El perdón es posible y la conversión también. Hay que sembrarla.
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Narrador La gente se ha alborotado y está exacerbada. Acaban a agarrar a un muchacho que quiso matar a un piloto de autobús.
Delfina ¡Mátenlo! ¡Es un asesino! ¡El que a hierro mata, a hierro muere!
Narrador Lo arrastran al centro del parque, lo amarran y están buscando gasolina para quemarlo vivo.
Delfina Es el mismo que mató al esposo de Miriam. Que venga ella para que sea la que le prenda fuego.
Narrador Ya algunos se han adelantado y traen, casi arrastrada, a Miriam, que viene totalmente asustada, por tener que encontrarse, cara a cara, con el asesino de su esposo.
Delfina Aquí están los fósforos. Prendele fuego a este miserable asesino.
Narrador Miriam lo mira a los ojos. Es un jovencito adolescente, que está aterrado y no quiere morir.
Delfina Ahora te hacés el cobarde. Más cobarde fuiste cuando disparaste contra pilotos indefensos.
Narrador La multitud está ansiosa de sangre y fuego. La sed de venganza corroe sus corazones.
Delfina ¡Pegale fuego, Miriam! Ahora sí tomá venganza de este miserable.
Narrador Pero los ojos de Miriam se chocan con los ojos aterrados del joven. Siente que está viendo a su propio hijo.
Miriam ¡No! ¡No puedo hacer esto!
Delfina Él mató a tu esposo y dejó a tus hijos en la orfandad.
Miriam Pero yo no soy asesina. Yo no quiero hacerme igual a él. Además, es tan joven…
Delfina Tan joven y tan malvado.
Una ¿Acaso esas personas no tienen familia? ¿No saben el dolor que causan a las familias? Solo salen para trabajar y ganarse el pan de cada día.
Narrador En ese momento, llegan Jesús y sus discípulos y discípulas y alcanzan a escuchar la conversación.
Una Lo que deberían hacer es sacar a las calles al ejército, porque si no, nunca cesará la violencia en nuestro país. Y lo peor es que todos estamos en riesgo.
Delfina Metele fuego: Ojo por ojo y diente por diente.
Jesús Ojo por ojo y todos quedaremos ciegos.
Delfina Hay que matar a todos los malvados.
Jesús ¿Y quién decide quiénes son los malvados? ¿Quién puede decir que no ha pecado? Solo podemos cambiar nuestra realidad con misericordia y amor. Perdonen, para que ustedes también sean perdonados.
Dos A los delincuentes, a los criminales, hay que tratarlos con fuerza. No se les puede tratar con cariño.
Juan Pero no entiendo cómo podemos cambiar la situación, si no hacemos nada.
Jesús Si no hacemos nada, no podemos cambiar nada. Tenemos que hacer actos reales de amor para cambiar las cosas.
Juan ¿Cómo qué?
Jesús Denunciar el pecado del sistema, el pecado social, pero no lo vamos a hacer matando, sino invitando a la conversión.
Delfina Estos malhechores no escuchan nada. No tienen corazón, no tienen alma.
Dos Los criminales no tienen corazón, no les importa la gente. No les importa matar gente, aunque ellos tengan su familia.
Jesús Hay que anunciarles la Buena Noticia del Reino, pero sin imponerla. Hay que hacerles sentir que Dios les ama y les perdona, para que ellos también tengan compasión por los demás.
Delfina ¿Y si no cambian?
Jesús Seguimos orando por ellos y mostrándoles nuestro amor. Seguramente son tan insensibles, porque nunca han recibido el cariño de nadie. Nosotros tenemos que dárselo.
Juan ¿Cómo voy a amar yo a quien me está haciendo daño?
Jesús Es la única forma de cambiar los corazones y la sociedad. Los que no creen, aman a quienes los aman. Pero entonces reciben su recompensa aquí en la tierra. Ustedes tienen que amar a quienes los odian, amar a sus enemigos.
Juan ¿Cómo podemos hacer eso?
Jesús Primero cambiar sus corazones: no dejen alojar el mal, la violencia, la venganza. Luego, con su testimonio, traten de que cambien quienes están cerca. Hasta llegar a transformar las estructuras injustas de esta sociedad, porque ustedes viven de una manera diferente.
Magdalena Lo que nos dices es que estemos dispuestas a ser insultadas, pero sin insultar; a recibir golpes, antes que a darlos; a dar la vida, pero nunca a quitarla.
Jesús Exactamente. Yo les digo que no hagan frente a quien les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Juan ¿Dejarnos golpear y todavía poner la otra mejilla?
Jesús Si alguien te ofende o te golpea, déjale la puerta abierta, para que cuando vuelva pueda recibir perdón.
Juan ¿Y si vuelve otra vez violento?
Jesús Es el riesgo que debes correr, por puro amor. Eso es poner la otra mejilla: quedarte vulnerable, porque pueden volver a golpearte. Pero entonces, perdona de nuevo, quédate vulnerable otra vez, hasta que tu enemigo cambie.
Juan Mejor ya ni te pregunto cuántas veces tengo que perdonar.
Jesús Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Magdalena Yo puedo perdonar a quienes me hacen mal. Puedo rezar por ellos, pero amarlos, amarlos es imposible.
Jesús No es imposible. Amarlos no es quererlos afectivamente, no. Es querer su bien, buscar su conversión, para que sean perdonados y puedan tener vida. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
Magdalena Y así nos hacemos parte del corazón de Dios.
Jesús Así somos el corazón de Dios en la tierra. Por eso les digo: sean perfectos como es perfecto su Padre que está en el cielo.
Juan ¡¿Perfectos?! Eso es imposible.
Jesús Para Dios nada es imposible. Él los creó a su imagen y semejanza. Y ustedes pueden ser como Él. Indudablemente es una invitación al heroísmo.
Narrador La gente se ha quedado escuchando a Jesús y su comunidad. Sobre todo, Miriam, que ha dejado entrar sus palabras hasta lo más profundo de su corazón. Sigue abrazando al joven y le dice:
Miriam Yo te perdono. Yo no sé qué te ha llevado a esto.
Delfina Pero, si lo soltamos, seguirá matando.
Miriam Yo no lo puedo juzgar ni condenar. Yo lo perdono.
Narrador La multitud se queda muda. No esperaban oír eso. El joven alza la vista y ve en Miriam el rostro de la misericordia. Rompe a llorar y le dice:
Joven ¡Perdón, perdón! Yo no quiero matar a nadie… a mí me obligan… si no mato, ellos matarán a mi mamá, a mis hermanas, a mí… Yo no quiero matar…
Delfina Todo el rigor de la justicia les tiene que caer a ellos.
Jesús Ojalá podamos llegar antes nosotros con el llamado a la conversión y al arrepentimiento, para que cambien sus vidas.
Narrador Miriam abraza al joven y lo cubre con su cuerpo, como defendiéndolo de la multitud. La gente, poco a poco, se va alejando. Solo queda Delfina, que no quiere irse sin verlo muerto.
Delfina Acordate que él no tuvo compasión de tu esposo, ni de los demás pilotos. No podemos tener compasión de él.
Miriam Si nos portamos igual que ellos, nos hacemos asesinas también y no podremos cambiar esta situación. La haremos más terrible cada vez.
Delfina No nos toca a nosotras cambiar la situación. Ni los policías ni el gobierno hacen nada.
Miriam Si nadie hace nada, nunca cambiaremos. Yo voy a hacer lo que me toca: ¡Yo te perdono de todo corazón!
Jesús Miren a Miriam: ha sabido perdonar, expulsando el odio que tenía en su corazón. Está demostrando amor por ese joven, que es víctima también de este sistema que excluye a las mayorías, les causa dolor y sufrimiento, llevándolos a actos horribles de violencia y muerte.
Magdalena Ella nos está enseñando con su ejemplo lo que es el Amor de Dios.
Juan Y es lo que tenemos que hacer todos nosotros, cada día.
Miriam Si nos unimos, podremos ayudar a este joven y a nuestros hijos a evitar que sean obligados a hacer el mal.
Juan Aquí deben encontrar la liberación del pecado, aceptando el compromiso de resarcir el mal que causaron.
Magdalena Esa es la justicia restaurativa. Que la comunidad les ayude a reencauzar sus vidas, en vez de que caigan en la cárcel y aprendan peores cosas.
Jesús Tenemos que hacer un mundo distinto, un mundo nuevo, estando dispuestos a morir por ello.
Narrador Y así, Jesús y sus amigos y amigas, se alejan, abrazando a Miriam y al joven delincuente. Juntos experimentan la alegría del perdón y la conversión, marcando el camino que lleva hacia una nueva sociedad y a la plenitud del Reino de Dios.