Ord 4 B Mc 1: 21-28:
Habla con autoridadNarrador Jesús se va caminado por la playa, seguido por Andrés y Simón Pedro. Comparten acerca de los nuevos planes para enseñar una forma diferente de vivir. Jesús la llama “el Reino de Dios” y sus nuevos discípulos empiezan a ver la luz al final de túnel oscuro de sus vidas. Un poco más adelante ven a Santiago, hijo de Clodoveo, con su hermano Juan, que están en su barca arreglando las redes.
Andrés Mira, Jesús, allá está Juan, con el que andábamos aquel día que nos encontraste donde el Bautista.
Pedro Pero ese es muy joven todavía para ser discípulo. Para este trabajo se necesitan hombres maduros, como yo.
Jesús La madurez no la da la edad, sino la generosidad para entregar la vida. Necesitamos jóvenes y adultos, hombres y mujeres…
Andrés Además, Juan no tiene familia y eso le da más libertad.
Pedro Porque para uno, que tiene que sostener mujer, hijos y hasta suegros… la cosa no es tan fácil.
Andrés Tal vez es buena idea buscar sólo gente soltera, que no tenga compromisos familiares.
Jesús El llamado de mi Padre es para todos y todas. Cada quien tiene una misión que cumplir, según sus posibilidades, y mi Padre le ha dado los dones que necesita para hacerlo.
Andrés Pero en mi caso, por ejemplo… yo quisiera seguirte, pero en mi casa todos trabajamos. Yo pesco, mi esposa sale a vender el pescado, cría unas gallinitas y vende los huevos, aparte de cuidar a los chiquitos… los hijos mayorcitos ya salen a ganarse la vida, limpiando vidrios de los carros o cuidándolos cuando los dejan en la calle.
Jesús No te preocupes, Andrés. Dios proveerá. ¿Acaso no cuida de los pajarillos del cielo? ¡Cómo no va a cuidar de ustedes!
Andrés ¿Acaso Dios le dará de comer a mi familia?
Pedro O me vas a decir que los niños que se mueren de hambre es porque no creían en Dios…
Jesús Yo no los estoy llamando para solucionar los problemas económicos de las familias, sino para que trabajemos juntos para que ya no se den. Hoy día hay personas que mueren de hambre, porque quienes se dicen cristianos, ignoran el compromiso de ser cristianos, se conforman con su situación y no les importa la demás gente y, para tranquilizar su conciencia, dedican más tiempo a los rezos que a trabajar por la justicia y la paz.
Narrador Siguen caminado compartiendo estas reflexiones, y llegan a la barca de la familia de Clodoveo.
Juan Ay papá, ya es hora de comprar unas redes nuevas. Estas ya tienen más remiendos que cordel.
Jesús Hola, Juan ¿te acuerdas de mí?
Juan ¡Maestro!
Jesús Deja ya esas viejas redes y yo te voy a dar unas nuevas.
Juan ¿Oíste, papá? ¡Unas redes nuevas!
Jesús Si, para que sean también ustedes “pescadores de hombres”.
Narrador Se sientan en la orilla a platicar y poco a poco van comprendiendo el llamado que Jesús les hace a vivir de otra manera. No viene a solucionarles los problemas de su familia, sino a enseñarles a vivir de manera que ninguna familia se vea en esas penurias.
Juan Papá. Voy a seguir a Jesús. Quédate con tus ayudantes para sacar la tarea. Yo sé que te va a costar más sin mi ayuda, pero debo ocuparme en cosas más importantes… Y, como dice Jesús, Dios proveerá.
Jesús Mi Padre les ama como a sus hijitos muy queridos. Jamás los desamparará.
Narrador Así empiezan el seguimiento de Jesús. Dan los primeros pasos aprendiendo qué es el discipulado.
Jesús Creo que ha llegado la hora de compartir todo esto con mucha gente.
Pedro Tal vez sería buena idea ir a las iglesias. Ahí la gente debe estar más dispuesta para entender esto.
Jesús Vamos a ir a los oratorios y templos de las aldeas. La gente pobre y sencilla tiene más libre el corazón para escuchar mis palabras.
Pedro Yo había pensado que empezáramos en las mega-iglesias, pero puede ser buena idea ir de lo pequeño a lo grande, empezar por las aldeas, hasta llegar a los pueblos y las grandes ciudades.
Jesús Es más, creo que vamos a empezar por la gente que ni siquiera va a las iglesias, porque no se han contaminado con falsas enseñanzas.
Narrador Y así es. Mucha gente les sigue, porque encuentran una palabra de salvación, que se convierte en una forma distinta de vivir. También en las iglesias más pobres, la gente abre sus oídos y sus corazones. En cada capilla o templo a donde llegan, la gente los recibe como agua de mayo. Es la Buena Noticia que han estado esperando. Jesús trae una enseñanza nueva, y habla con autoridad.
Mujer ¡Qué linda manera de hablar! Todas lo entendemos, hasta las que no hemos ido a la escuela.
Hombre Habla con autoridad, porque vive lo que está diciendo.
Mujer Y es una buena noticia para los pobres.
Hombre Qué distinto de muchos sacerdotes y pastores, que dicen una cosa, pero hacen otra.
Mujer Hablan de pobreza, pero viven en la riqueza. Así no dan testimonio con su vida.
Narrador En ese momento, entra un hombre que está bajo el poder de un espíritu malo, y se pone a gritar:
Enfermo ¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que tú eres el Santo de Dios.
Jesús ¡Cállate y sal de ese hombre!
Narrador El espíritu malo revuelca al hombre en el suelo y lanza un grito tremendo, pero luego, delante de toda la gente, sale de él.
Narrador El asombro de toda la gente es tan grande, que se preguntan unos a otros:
Hombre ¿Qué es esto? Una enseñanza nueva, y ¡con qué autoridad!
Mujer Miren cómo habla ¡y hasta los espíritus malos le obedecen!
Hombre Es la Palabra de Dios que vino a habitar entre nosotros.
Narrador Hechos como éste se van repitiendo por donde pasan, y van enseñando a la gente que la liberación de Dios ha llegado a los hombres y mujeres de toda raza, pueblo y religión. La fama de Jesús se va extendiendo por todo el País.
Mujer El tiempo se ha cumplido.
Hombre Ha llegado nuestra liberación.