Los padres Salvatorianos manifiestan su alegría por la próxima beatificación de su fundador
El pasado 19 de junio, el Santo Padre autorizaba a la Congregación de las Causas de los Santos la promulgación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del fundador de los Salvatorianos, el venerable siervo de Dios Francisco María de la Cruz Jordán.
Actualidad del Carisma Salvatoriano:
- La situación en la sociedad y en la Iglesia, salvadas las distancias, es similar a la nuestra. En tiempos de Jordán de dio confrontación del gobierno de Otto von Bismarck con la iglesia alemana, llegando en aquel tiempo a prohibir estudios eclesiásticos, ordenaciones sacerdotales y congregaciones. Hoy las confrontaciones de gobiernos o de la sociedad suelen ser más sutiles.
- Los católicos, al presentarse dichas dificultades abandonaban las prácticas religiosas,
- La fe en el pueblo, era tradicional y superficial, pues consistía más en tradiciones y costumbres pasadas de padres a hijos y nietos, que una vivencia profunda y convencida.
- Jordán, como otras personalidades de la Iglesia se preocupó mucho por esta situación; participó en varios de los famosos Congresos Católicos de su tiempo que buscaban responder a su tiempo. Hubo varios fundadores con carismas complementarios. (Destacamos la relación con D. Bosco –salesianos- y Arnold Janssen –Verbo Divino-)
- Pensó en una “nueva evangelización”, aunque no existía ese concepto. Es decir: trabajó y consiguió incorporar a los laicos en una evangelización directa. A los padres, maestros, taberneros, intelectuales (con un Instituto propio); y después también integró a los jóvenes y niños cuando creó revistas para ellos y éstos eran sus propagadores directos.
- Era importante evangelizar de forma popular, que la gente entendiera y se ilusionara y viviera la fe de forma más profunda y convencida. Hoy se habla de “opción por los pobres”. El trabajo con “desechables” siempre se ha dado entre los salvatorianos (laicos, hermanas, religiosos) desde los orígenes creando o atendiendo diversas organizaciones para niños, jóvenes y más tarde con adultos.
- Para llevar a cabo su proyecto creó varias revistas en italiano, alemán, latín e idiomas del este de Europa, según la necesidad. Para ello creo algunas imprentas propias (Roma, Suiza, Alemania). Algunas revistas y Calendarios Apostólicos, han llegado hasta nuestros tiempos, con el mismo nombre o con adaptaciones.
- Definió, al estilo de San Pablo que: debemos usar en la evangelización todos los medios que la caridad de Cristo nos inspire.
- Hablamos de evangelizar “en salida”. Siendo apenas 12 miembros, envío 3 a la india a una Misión encomendada por Propaganda Fidei. Y en poco tiempo había aceptado misiones en Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, y diversas naciones orientales de Europa. Hoy estamos presentes en más de 40 Países
- De ahí que no pensó en una sola actividad concreta para la Iglesia, sino en una “universalidad de modos y medios” a usar y evaluar en el período o lugar donde se establecieran los salvatorianos. Eso, en nuestra tradición, se ha denominado “universalidad de formas y medios”. Para bien o para mal: pues hay quien ha confundido el carisma con hacer de todo, con las actividades que llevamos a cabo. Y para bien: porque las actividades no son lo principal, sino que pueden ser redefinidas en cada momento de acuerdo a la situación de la sociedad, de la iglesia local y de la iglesia universal de acuerdo a nuestro carisma misionero y evangelizador.
- Para ello en sus inicios no pensó en una congregación, sino en un movimiento de Iglesia que coordinara fuerzas: Pero tuvo que adaptarse a su tiempo y salvar lo salvable: comenzó interesando a laicos con un amplio movimiento, después tuvo que adaptarse a fundar congregación masculina, y años más tarde una femenina. Hoy el conjunto, manteniendo su independencia o tres ramas, se coordina y denomina Familia Salvatoriana.
¿Quién fue Francisco María de la Cruz Jordán?
Nació el 16 de junio de 1848 en Gurtweil Alemania, hijo de Lorenzo Jordan y Notburga Peter. Bautizado como Juan Bautista (después se cambió el nombre como religioso, según costumbre, al comenzar nueva forma de vida). Segundo de tres hermanos en una familia pobre y fuertemente endeudada.
Con 12 años propuso a su madre, viuda, ser sacerdote; su madre lo necesitaba para ganarse el pan de cada día y la respuesta fue: no sirves para eso. Obediente, fue un sostén para la familia. Pero se fue preparando con el sacerdote del pueblo y a los 26 años pudo comenzar a estudiar Filosofía y teología, ordenándose sacerdote en 1878.
En este proceso debe reconocerse la voluntad y claridad del joven; el apoyo de su madre y del sacerdote del pueblito; la implicación de los vecinos para pagarle y ayudarle en sus estudios; la profunda oración y apertura a todo lo espiritual, la búsqueda constante de la voluntad de Dios. Comenta que nunca tuvo dudas de su vocación, pero sí de la forma en que debía concretarla o entregar su vida a su misión sacerdotal.
Su hobby y su facilidad fueron los idiomas, sobre todo orientales. En el archivo de Roma se encuentran los cuadernos que usaba para aprenderlos y se ve el esfuerzo y el nivel que tenía en ellos; en varios era muy alto.
Al tener prohibido trabajar como sacerdote en su país, fue enviado a Roma a estudiar idiomas orientales (con idea de ponerlo como profesor, después. Fue enviado a Tierra Santa en misión especial, aprovechando varios meses para profundizar diversos idiomas por el camino, y para meditar y consultar a personalidades sobre sus ideas y proyectos, volviendo a Roma con la idea clara de “poner manos a la obra”, según escribió. Ni corto ni perezoso presentó su proyecto directamente al Santo Padre, quien le animó y le dio su bendición.
A lo largo de su vida, fue un animador espiritual incansable del espíritu misionero, de los jóvenes estudiantes de teología, de las publicaciones y de las religiosas y religiosos en general. Los laicos, por circunstancias y avatares de la historia, fueron decayendo, hasta ser recuperados después del Concilia Vaticano II.
Se conserva su Diario Espiritual (o libro de propósitos personales) el cual consiguieron poco antes de morir que no fuera quemado, sino entregado a un Padre, para bien de las generaciones futuras. Ante la insistencia, humildemente aceptó. Igualmente muchas de sus alocuciones semanales, que le brotaban espontáneamente de su corazón y profundidad religiosa, y que los estudiantes anotaban estenografía, y han sido publicadas para crecimiento espiritual de sus seguidores.
Muchas dificultades económicas tuvo que superar, con una gran confianza en la Providencia y en la Madre de Dios, que con frecuencia casi milagrosamente acudían en su ayuda. Igualmente, una época de grandes cruces por difamaciones en la prensa alemana por parte al algún exmiembro, sobre asuntos internos y de organización como fundador.
Murió el 8 de septiembre de 1918 en Tafers, cerca de Friburgo, Suiza, al acabar la IIª Guerra mundial, dedicando sus últimos años de vida sobre todo a la orientación espiritual por contactos y por cartas, habiendo dejado de lado los asuntos administrativos en manos de su sucesor el P. Pancracio Pfeiffer, gran colaborador con Pío XII en salvar vidas de judíos, italianos, alemanes y otras nacionalidades.
Todos le consideraban santo desde su muerte, pero nadie se ocupó de su proceso en muchos años, hasta que no hace tanto se impulsó el mismo, y el 19 de junio de 2020, una vez cumplimentados todos los pasos necesarios, ha sido emitido por parte de la Santa Sede el decreto de reconocimiento de un milagro atribuido a él, dando paso a su próxima beatificación.
Presencia de los salvatorianos en Madrid
Los padres Salvatorianos están presentes en la diócesis desde 1974. «Siempre hemos estado colaborando con distintas parroquias. Más de dos años, por ejemplo en: San Miguel Arcángel de Fuencarral, Bustarviejo, Valdemanco; San Juan María Vianney; Santa Lucía y Santa Ana; Nuestra Señora del Val; Nuestra Señora de Altagracia; Beata María Ana Mogas, cuando la parroquia estaba en un barracón. Y ahora, en Monte Carmelo, primero en nuestro garaje y en un barracón. El 19 de mayo de 2019, el Cardenal D. Carlos Osoro consagró el altar de la parroquia Divino Salvador; en 2020 se está llevando a cabo la construcción de la segunda fase: capilla lateral, salones, viviendas, etc.