La ruta del incienso – Ciudades del desierto de Néguev es un itinerario declarado Patrimonio de la Humanidad en el Néguev, en el sur de Israel. El lugar del patrimonio fue proclamado de valor universal por la Unesco en 2005.
Cuatro ciudades ubicadas en el desierto de Néguev están unidas directamente con el término mediterráneo tanto de la ruta de la seda como la del incienso. Estas ciudades incluyen Avdat, Haluza, Mamshit y Shivta. Fueron construidos por los nabateos, una antigua tribu arábiga, con capital en Petra (lugar patrimonio de la Humanidad desde 1985) en lo que hoy es el reino hachemita de Jordania, así como múltiples fortalezas antiguas y paisajes agrícolas del desierto. Como un grupo, estas ciudades del desierto demuestran el comercio significativamente lucrativo de olíbano y mirra que tuvo lugar desde el sur de Arabia hasta el Mediterráneo. En su mayor auge, desde el siglo II a. C. hasta el siglo II, las rutas incluían sofisticados paisajes urbanos, sistemas de irrigación, fortalezas y caravasares. Los vestigios de estas obras son aún visibles hoy en día y demuestran el uso del desierto por el comercio y la agricultura.
La experiencia del Desierto, que vimos y experimentando andando 5 km por el desierto es para hacerlo, como tuvimos nosotros la ocasión el día 22 de Octubre que salíamos en autobús 37 estudiantes acompañados por el P.Pietro Kaswalder, profesor de Geografía Bíblica. Pasamos por BEER SHEVA, EN DIRECCIÓN A AVDAT. Ahí pudimos ver las ruinas de esta Ciudad Nabatea, que a lo largo de los siglos, fue cambiando con construcciones romanas y Bizantinas, según las épocas y las conquistas, y donde fue lugar de monasterios Cristianos, y ábsides, altares de mediados del siglo IV.
También fuimos a la ciudad antigua de SHIVITA, donde se pudo ver como Vivian estas gentes y la gran destreza para guardar en aljibes el Agua de lluvia y poder subsistir en medio del desierto.
Cosa curiosa los lugares que hicieron para pisar la uva y poder elaborar el vino.
Bien se pude experimentar el sentido del Desierto, y la necesidad de hacer esta experiencia en nuestras vidas, para poder “escuchar nuestras voces interiores y sobre todo la voz del Señor en nuestro corazón. Sin nada, en medio de la soledad, desprendidos de tantos apegos, se puede experimentar al Señor, como la Roca, la fuerza, el consuelo, el agua, la Paz.
Caminando de dos en dos, por el desierto, se abre el corazón y pudimos compartir nuestras vidas. Como beduinos sin camellos, sintiendo la sed y el cansancio, es donde se descubre la vida, desnuda.. Abierta y generosa, sincera y armoniosa. Nos hacemos más humanos, más sensibles a los demás; abrimos los ojos al infinito, a los montes, de donde nos viene el auxilio.
Ya para terminar, no quisiera despedirme sin mostrar el sentido profundo que tenían del Bautismo. Una pila en forma de Cruz, con las seis escaleras, nos daba una enseñanza profunda de este signo y compromiso Cristiano. Nos inicia en el camino de la Vida de Dios, de los sacramentos como gracias especiales , nos hace hijos y hermanos y nos señala desde el signo de la Cruz el sentido de nuestras vidas.
Todos los grandes imperios, caen, tarde o temprano. Quedan los signos de hombres y mujeres que desde su realidad, han plasmado sus luchas, sus culturas, sus valores y su fe en piedra, y eso es lo que ha permanecido hasta hoy.
Un abrazo
Chema sds.