A quien votar ???

POR SI NOS SIRVE….

A quién votar
En las actuales circunstancias no es fácil saber a quién debo
votar. En todo caso, es algo que pertenece a la conciencia
personal. Pero no podemos dejarnos llevar por la rutina, por
posturas partidistas cerradas, por el cansancio o la
minusvaloración del ejercicio del voto. Ni mucho menos votar a
un determinado partido por razones injustificadas: “siempre he
votado a…”, “es que yo soy de derechas…”, “es que yo soy de
izquierdas…”, “a mí el que me gusta es…”. La votación, en
una sociedad democrática, es un acto cargado de
responsabilidad ética personal.
El “voto útil”, el “voto ético”, el “voto inútil”
En la actual circunstancia política, debemos cuidar muy mucho y discernir
seriamente el “voto útil”, el “voto en blanco”, el “voto inútil” y la “abstención”.
Pensémoslo con toda seriedad.
El voto “útil” que se da a un determinado partido para evitar que
otro crezca y gane, en detrimento de un tercero que tiene pocos
votos. ¿Es realmente útil? ¿A quién? ¿A quién le resta votos?
¿Los necesitaría?
El voto en blanco no toma partido por nadie, pero expresa el
deseo de participar y, por tanto, se computa como voto al
determinar el % de participación en las elecciones. Los votos en
blanco no se asignan al partido que haya sido
mayoritariamente votado sino que, todos juntos, elevan el
porcentaje para que los partidos puedan tener un escaño, lo cual
dificulta más a los partidos minoritarios. Cuantos más votos en
blanco haya, más sube el nº de votos necesarios para tener
ese escaño. Según eso, cada uno debe preguntarse sobre el
sentido ético de su voto “en blanco”? ¿Qué quiero dar a
entender con ello? ¿Sirve realmente a la democracia y al buen
gobierno de mi ciudad, pueblo, etc., o de mi comunidad
autónoma?
El voto inútil…, cuando votamos a una candidatura pequeña que
no tiene posibilidades de salir adelante. Pero puede tener otros
valores, como el de ser un voto “ético” (testimonial aunque
ineficaz). Puede no compartirse esta opción, pero es una opción
respetable. A veces incluso, es mejor optar por un voto “ético”
que por la abstención. Incluso dárselo a quien no tiene
posibilidades de obtener nada. Al menos no es un voto
“perdido”.
No son elecciones generales
Estas elecciones municipales y autonómicas
no son unas elecciones generales. Es cierto que esas
elecciones generales están de trasfondo de las
presentes, pero lo que vamos a votar no es quién va a
gobernar el país, sino “este municipio” o “esta
comunidad autónoma” concreta. No debemos
dejarnos llevar por los discursos de la campaña que,
enfocados directamente hacia unas futuras elecciones
generales, pueden desnaturalizar el sentido de éstas.
Por mucho que parezca, no se trata de un examen
de la política global de Estado, del gobierno y de la
oposición.
Algo más que votar un día
Participar no es sólo depositar un voto en la urna sino mucho más. Tenemos la
obligación de informarnos realmente sobre la composición y programas de las
candidaturas e interesarnos por los debates entre ellas, confrontando semejanzas y
diferencias. Si esto es difícil, no estaría de más asistir a mesas redondas con los
candidatos cercanos para preguntarles sobre las cosas concretas que nos afectan en la
ciudad o en la comunidad autónoma. Incluso podríamos propiciarlas en los ámbitos
donde estamos (colegios, parroquias, ONG,s, Asociaciones de Vecinos, etc.) para
ayudarnos y ayudar a los demás.
Los problemas más cercanos y urgentes
Hay problemas que afectan más directamente a unas elecciones
generales y otros que afectan más, aunque no únicamente, a la política
municipal y autonómica.
Parece evidente que estas elecciones han de tener como foco
prioritario de atención la crisis económica y sus graves consecuencias
de paro, incremento de la pobreza y la exclusión social. Es éste el
primer gran problema que tenemos entre manos y es necesario.
Deberíamos estar atentos a lo que los partidos prometen sobre la
creación de empleo y la protección de aquellos colectivos que padecen
cualquier tipo de precariedad económica y social, reforzando todos los
recursos y equipamientos para promover la inclusión social.
Temas muy concretos determinantes de nuestro voto deben ser los
servicios sociales, la sanidad y la educación, así como la situación y el
trato a los inmigrantes extranjeros sin papeles; la dignificación de los
barrios populares y de las zonas de chabolismo; los apoyos a la
familia, sobre todo en estos momentos de crisis económica; la
vivienda; la defensa de la vida; el problema del medio ambiente; la
corrupción urbanística y política; la solidaridad internacional mediante
la Ayuda al Desarrollo (el “0,7″); la participación ciudadana en la
construcción de la ciudad y de la comunidad; el respeto a las diversas
creencias e ideologías.
Las personas concretas
Y, por encima de los programas y los partidos, están las personas concretas
que piden nuestro voto y cuyo talante ético debemos calibrar con seriedad. No
podemos, por un afán partidista o de otro tipo, dar nuestro voto a personas concretas
que no merecerían el respeto de la ciudadanía. La valía moral de las personas están
muchas veces por encima de las listas concretas.
Un decálogo del “buen hacer” político
y lo que debemos hacer y exigir:
1. Necesitamos recuperar el valor del bien común, frente al individualismo y
los intereses particulares.
2. Necesitamos recuperar la dignidad de la vocación política, que es ámbito
privilegiado del compromiso cristiano. Hay que recuperar la «caridad política» como
parte del compromiso cristiano (Benedicto XVI, Caritas in veritate, nº 7).
3. Participar no es sólo votar, ni delegar. Hace falta hacer red, tejer
ciudadanía y asociaciones.
4. Debemos denunciar las patologías que se dan en la política, que resultan
desalentadoras:
5. Lo principal son las víctimas de la crisis. Nos toca recordar sus derechos
olvidados, silenciados.
6. Es momento de hacer balance objetivo de la gestión anterior
7. Ver si las promesas que hacen son realistas y coherentes en su aplicación
8. Calibrar la honestidad de los representantes públicos
9. Examinar qué modo tienen los candidatos de afrontar y gestionar las
situaciones de corrupción
10. Si tienen capacidad de sumar, de incluir, integrar, no de dividir y
crispar.
Y… muchas cosas más…


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