Dia del Migrante Voz de la Iglesia en Guatemala

PASTORAL DE MOVILIDAD HUMANA
Conferencia Episcopal de Guatemala
“Pasé como migrante y ustedes me acogieron”. Mt. 25, 35.
Kilómetro 15, Calzada Roosevelt 4-54, zona 3, Mixco. Guatemala, C.A. Apartado Postal 1698
Teléfono (502) 24325654 Fax. (502) 2433 1833. E-Mail movhuceg@yahoo.com Web iglesicatolica.org.gt
MENSAJE PASTORAL DE LA COMISION DE MOVILIDAD HUMANA DE LA
CONFERENCIA EPISCOPAL DE GUATEMALA,
CON OCASIÓN DEL DIA NACIONAL DEL MIGRANTE
MIGRANTES UN SUEÑO, UNA FAMILIA
La celebración anual del Día del Migrante, en el primer domingo de septiembre, tiene como tema central en este año: MIGRANTES, UN SUEÑO, UNA FAMILIA.
La Comisión Episcopal de la Pastoral de la Movilidad Humana desde hace años ha promovido esta celebración del Día Nacional del Migrante, para poner en la conciencia de los cristianos, hombres y mujeres, la responsabilidad de vivir con coherencia la condición de discípulos del Señor Jesús, presente en los migrantes, abrumados bajo la terrible zozobra de las redadas, deportaciones, secuestros, extorsiones y desapariciones.
Nuevamente ahora, esta Comisión Episcopal se dirige a los fieles católicos, a los hermanos cristianos no católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad, para compartir algunas reflexiones que se concretizan en demandas precisas delante de quienes tienen poder de ayudar a mejorar la situación de los hermanos y hermanas migrantes.
Las comunidades cristianas, “casas de comunión y acogida”.
Una comunidad cristiana no podrá considerarse tal, si no acoge con atención y ternura a los hermanos y hermanas migrantes y sus familias. Ella debe ser casa de acogida para los extranjeros y forasteros que llegan a tocar sus puertas buscando auxilio y apoyo. La coherencia con el evangelio así lo exige.
Sin embargo, se debe reconocer que, pastoralmente hablando, muchas veces es difícil lograr que en las comunidades cristianas los migrantes sean incorporados como hermanos y hermanas necesitados de protección y cuidado. Descubrir en ellos y ellas la presencia de Cristo supone una fe madura, y la vivencia de un profundo y permanente contacto con el Señor, que trasciende una práctica ritualista y rutinaria de la vida cristiana.
Las dificultades, las angustias y las penas que a diario enfrentan los migrantes deben encontrar un refugio en el corazón de los miembros de cada comunidad cristiana. Cuando esto sucede la comunión de fe se hace efectiva y afectiva
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Una perspectiva diferente delante del fenómeno migratorio
Como repetidamente se ha dicho, el fenómeno de la globalización en su dimensión económica en lugar de acercar a los seres humanos, los distancia cada vez más, al construir enormes barreras legales que impiden la libre movilización de los millones de personas que buscan una vida digna para ellos y sus familias. Asimismo, el modelo económico imperante, hijo de esta globalización que busca solamente el lucro y la ganancia, empobrece cada vez más a los países más pobres en vías de desarrollo.
En el momento actual, en general, es la situación de pobreza la que empuja a millones de migrantes a salir de sus tierras.
Esta situación mundial exige contemplar el fenómeno de las migraciones desde la perspectiva del derecho que todo ser humano tiene de vivir una vida digna, acorde a su condición humana y a su identidad como hijo de Dios, y consecuentemente el derecho a migrar a otro país, cuando en su propia tierra no encuentra lo que necesita para lograr ese derecho.
La Iglesia Católica, fiel a la misión recibida del Salvador, continuará cumpliendo el compromiso de defender y promover los Derechos de los y las migrantes, demandando políticas migratorias integrales con rostro humano, que tomen en cuenta a las familias de los migrantes para que la reunificación familiar sea una realidad.
Es verdad que existe una crisis económica neoliberal que golpea la mayoría de las naciones del mundo, pero ella no puede ser utilizada como excusa para culpar o criminalizar a los migrantes, ni mucho menos para utilizar mecanismos legales que contradicen el valor de la justicia y el respeto al ser humano.
Violaciones a Derechos de Migrantes.
En pleno siglo XXI las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos de las y los migrantes continúan. Ellas, son en buena parte el resultado de políticas de los Estados de la región que de forma inadecuada abordan el fenómeno de la migración, y crean e implementan leyes migratorias de corte racista y xenofóbico, que vulneran la dignidad y Derechos de los migrantes y sus familiares.
Como tantas veces se ha repetido, cuando los Estados en lugar de hacer respetar los derechos humanos de los migrantes levantan muros e implementan políticas represivas con legislaciones inhumanas, lo que logran es exponer la vida de los migrantes a graves peligros en el viaje, tales como: secuestros, extorsiones, violaciones sexuales, estafas por parte de los traficantes de personas y a los que se dedican a la trata de personas. En la actualidad hay que añadir, lastimosamente, la utilización de los migrantes
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so pena de eliminarlos físicamente, por parte de los poderosos cárteles del narcotráfico y crimen organizado que actúan impunemente.
Las situaciones mencionadas contradicen totalmente el plan de amor del Dios de la vida, y son el resultado del mal que se ha instaurado en nuestra sociedad. Los verdaderos creyentes en Dios-Amor no pueden ni deben permanecer indiferentes ante todo esto.
Por ello, en ocasión de la celebración del Día del Migrante para lograr sensibilizar a los fieles cristianos, la Comisión Episcopal de Movilidad Humana, exhorta encarecidamente a todas las comunidades cristianas, en las Diócesis y Vicariatos del país, a celebrar el triduo del migrante, uniéndose de modo especial a los familiares de los migrantes que sienten el sufrimiento de la lejanía y separación de sus seres queridos.
Asimismo ante la dramática situación que viven los migrantes y sus familiares, la Comisión Episcopal de Movilidad Humana, expone lo siguiente:  Es urgente recordar al presidente de Estados Unidos de América, la importancia de realizar una reforma migratoria integral, principalmente, el DREAM ACT para que los jóvenes puedan realizar sus sueños y tener un futuro digno. Lamentamos profundamente que los sueños de los jóvenes sean frustrados por la falta de voluntad política de los poderes públicos del Estado.
Manifestar a los presidentes de México, Centro América y al Primer Ministro de Canadá, que mientras persistan las injusticias en contra de los migrantes, la Iglesia Católica del Continente Americano no quedará pasiva y callada ante los abusos cometidos contra esta población vulnerable. Urgir al presidente de Estados Unidos, para que en el proceso de aplicación de la vigilancia en la frontera a través de la patrulla fronteriza se dé la atención necesaria al respeto de los Derechos Humanos y a la dignidad de las personas indocumentadas.
Lamentar profundamente que las detenciones sean consideradas como una política “efectiva” de Estado para condenar a los indocumentados. Es preocupante que los niños y niñas no acompañados permanezcan detenidos por largos períodos, causándoles traumas psicológicos. Los migrantes en situación de detención no deben ser tratados como criminales, tienen el derecho de recibir atención consular, médica, atención especial de acuerdo a su condición, y acceder al debido proceso.
Recordar que las personas en proceso de deportación tienen el derecho de recibir una atención adecuada y justa, mientras se averigua detalladamente su situación o estado migratorio. El gobierno de Estados Unidos ha diseñado medidas para proteger lo que ellos llaman “la seguridad de sus fronteras”, impidiendo muchas veces que las personas tengan acceso al proceso de asilo y encarcelando inmediatamente a los recién llegados que no tienen la documentación requerida.
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“Pasé como migrante y ustedes me acogieron”. Mt. 25, 35.
Kilómetro 15, Calzada Roosevelt 4-54, zona 3, Mixco. Guatemala, C.A. Apartado Postal 1698
Teléfono (502) 24325654 Fax. (502) 2433 1833. E-Mail movhuceg@yahoo.com Web iglesicatolica.org.gt  Evidenciar que, aunque la familia es una realidad valiosa en cualquier nación del mundo, sin embargo, las políticas migratorias no ofrecen oportunidades para la reunificación familiar a los hijos e hijas de migrantes en los Estados Unidos y otros países. Son preocupantes las constantes redadas y deportaciones masivas que a diario son efectuadas y que separan familias enteras, dejándolas a su propio azar. Los daños psicológicos a los niños y niñas separados de sus padres y madres, son muchas veces irremediables. La reunificación de la familia sigue siendo la base apropiada para una política justa de migración. No hay que olvidar que la base para la construcción de una sociedad es la familia.
Ante las inminentes elecciones, la Comisión Episcopal pide a los candidatos a ser elegidos, integrar en sus planes de gobierno, una atención especial al fenómeno migratorio, en una doble vertiente: ayudar a que los guatemaltecos y guatemaltecas no tengan que abandonar el país para mejorar su situación económica y defender delante de los Estados los derechos de los migrantes guatemaltecos. No es justo, además, que el drama de los migrantes sea utilizado como un trampolín para alcanzar un puesto de elección popular.
Finalmente, la Comisión Episcopal desea que todos los guatemaltecos y guatemaltecas vivan y celebren con entusiasmo el Día del Migrante, y que tal celebración sea propicia para compartir sus tristezas y alegrías como también las de sus familias en todas las diócesis, comunidades y parroquias. Ojalá que las acciones de solidaridad para ayudar a los migrantes se multipliquen en todo el país.
Agradecemos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, a quienes con esfuerzo y dedicación sirven a los migrantes en los lugares de acogida, en las comunidades parroquiales y en las familias, aún exponiendo muchas veces sus vidas. Ellos demuestran su entrega al servicio del Reino de Dios, y fortalecen el trabajo Pastoral junto a los Migrantes en la Iglesia.
Que la Sagrada Familia y el Beato Juan Bautista Scalabrini – Padre de los Migrantes, nos iluminen y nos acompañen en la defensa, protección y atención de los migrantes y sus familiares; y que acompañen siempre a todos los migrantes y sus familiares.
Monseñor Álvaro Ramazzini
Obispo de San Marcos y Presidente de la Pastoral de Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Guatemala.
Pbro. Mauro Verzeletti c.s
Secretario Adjunto de Pastoral de Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Guatemala.
Guatemala de la Asunción, Septiembre de 2011


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