El primer problema de europa: La Natalidad

El primer problema de Europa: la natalidad
Jim Rogers, uno de los más afamados inversores de la última década:
“El principal problema de Europa en el siglo XXI es probablemente el demográfico. El problema de la divisa común o de la deuda gigantesca son grandes problemas, pero el demográfico es el más importante. Si tienes una buena demografía puedes superar la deuda. No habrá italianos en cien años, no habrá españoles en cien años. ¿Hacéis algo para solucionar vuestro problema demográfico? Ésta es una de las razones de que el euro esté en apuros, o de que tengáis problemas con la deuda soberana. Tenéis una población que envejece rápidamente. Hicisteis grandes promesas a toda esta gente mayor y ahora no tenéis el dinero para mantener a la tercera edad. Por encima de todo vuestro peor problema en el siglo XXI es el demográfico”.

http://hazteoir.org/node/31898
Mons. Lozano: «Es tiempo de apuntar a la familia» Gualeguaychú (Entre Ríos), 23 Jul. 10 (AICA)

Mons. Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú
“Es tiempo de apuntar a la familia, no para dispararle, sino para fortalecerla y afianzarla”, dice monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, en un artículo difundido por el boletín diocesano en el que advierte que los medios de comunicación “apuntan contra la familia” porque “se burlan de la fidelidad, se promueve la transa” y “se festeja el engaño”. “Pero “cuando hay niños o adolescentes implicados en algún delito o hecho de violencia, enseguida se escuchan voces y se ven dedos acusadores preguntando: ‘¿Y dónde están los padres de esos chicos? ¿Dónde está la familia?’”.

Al respecto, denuncia diversas causas de debilitamiento de la familia, como las “situaciones persistentes de pobreza”, el alejamiento de los padres por motivos de trabajo, “la falta de una vivienda digna”, y “las discusiones y peleas —fogoneadas en muchos casos por el alcoholismo u otras adicciones”.

Ante estas “incoherencias”, en las que “por un lado reclamamos la presencia y fortaleza de la familia, y por otro es bastardeada y burlada”, el prelado sostiene que “difícilmente podamos crecer en la amistad social si no se empieza por casa, el hogar, la familia”.

Texto completo del artículo:

La familia es un tesoro
Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

En estos últimos días se ha hablado mucho acerca del matrimonio y la familia. En el Senado de la Nación se aprobó una ley que modifica la institución matrimonial. Lamentablemente no hubo suficiente debate, ya que las audiencias públicas se realizaron solamente en nueve provincias. En las demás, los ciudadanos no pudieron expresarse institucionalmente ante sus representantes.

Es de lamentar y reprochar que nueve Senadores no hayan estado a la hora de la votación. Un resultado tan ajustado junto con esas numerosas y significativas ausencias dan para pensar.

Es tiempo de apuntar a la familia, no para dispararle, sino para fortalecerla y afianzarla. Sabemos que la familia es la célula básica de la sociedad. En ella se aprende lo más hermoso de la experiencia humana: amar y ser amado. Ella es escuela de los valores más profundos: aprender a rezar, decir la verdad, ayudar a cuidar al más débil, participar cada uno según sus posibilidades en el bienestar común.

Varias encuestas de opinión pública muestran que los jóvenes valoran la familia y encuentran en su casa el primer lugar para contar algún problema. También entre los anhelos de los jóvenes aparece en un primer término el poder formar una familia. Por eso decimos que los argentinos somos muy familieros.

Sin embargo, cuando miramos algunos programas de TV o escuchamos radio, parece lo contrario. “Apuntan contra la familia.” Se burlan de la fidelidad, se promueve la transa, se festeja el engaño. Se “muestra” que las relaciones afectivas son superficiales, pasajeras; sin compromiso mutuo y sin apertura a la vida teniendo hijos. Al “amor” se lo entiende como autosatisfacción y no como donación o entrega de sí. La búsqueda de placer sin importar los demás no ayuda a que germinen y se fortalezcan los lazos familiares.

Pero eso sí, cuando hay niños o adolescentes implicados en algún delito o hecho de violencia, enseguida se escuchan voces y se ven dedos acusadores preguntando: “¿Y dónde están los padres de esos chicos? ¿Dónde está la familia?”. Familia muchas veces llevada adelante afectivamente por hermanos mayores, abuelos, tíos u otros familiares dado que no hay papás o mamás presentes —quizás— haciendo visible un tipo de ausencia que podríamos llamar “estructural”.

Algunas situaciones persistentes de pobreza provocan la disolución de la familia. A veces el papá o la mamá se tienen que ir lejos a trabajar, o la falta de una vivienda digna no ayuda al crecimiento y desarrollo de todos sus miembros. Las discusiones y peleas —fogoneadas en muchos casos por el alcoholismo u otras adicciones— van desgastando la convivencia familiar.

Estas incoherencias me hacen acordar a la queja expresada por el Tango “Cambalache”: “¡qué falta de respeto, qué atropello a la razón!”. Por un lado reclamamos la presencia y fortaleza de la familia, y por otro es bastardeada y burlada. Difícilmente podamos crecer en la amistad social si no se empieza por casa, el hogar, la familia.+

AICA – Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *