ICE-CEFAS II parte

ICE-CEFAS   ( Noviembre 2010)  II parte

UN LUGAR PARA CRECER EN PLENITUD

A partir del 20 de Noviembre, comenzamos los 10 días de ejercicios Espirituales según las pautas de S. Ignacio de Loyola.
Algunos se retiraron ya a sus casas y lugares de origen, pero siguieron la mayoría. Vinieron dos personas nuevas, unidos a esta gran riqueza de hombres y mujeres de varios países de centro América, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Guatemala y de Puerto Rico, Bolivia y Argentina.

Diez días en silencio, orientados cada noche por el P. Ricardo, que con sus explicaciones y hoja de apoyo, nos fue orientando los ejercicios.
Descubriendo el principio y Fundamento de nuestras vidas, y reconociendo nuestro pecado, nos orientamos en descubrir el llamamiento de Dios a construir su reino, no el nuestro. Nos adentramos en la vida Oculta de Jesús, y pasar al día siguiente a conocer la vida pública de Jesús, su pasión, muerte y resurrección siguiendo un evangelio ( el que cada uno eligiera), para terminar  en la contemplación para alcanzar amor, y pedirle al Señor cada día “ Dame tu amor y tu gracia que esta me basta”.
Una experiencia que se unía al manantial que cada uno habíamos descubierto, y a la consigna de vida que cada uno sacaba como aporte a su vida diaria.
Cada día teníamos media hora de apoyo de un acompañante, que nos orientaba y nos daba luces en el proceso de conversión de nuestra vida, para asemejarnos al Salvador en pobreza, humildad y contemplación, como bien decía nuestro Fundador,  el P. Jordán., y así descubrir el querer de Dios en nuestras vidas y poder sentir los frutos de nuestras vidas apostólicas.
Las 5 horas de Oración diarias, el examen de cada oración, y el examen del día al finalizar la jornada, hacía posible que estos días se nos hicieran cortos, y no quisiéramos terminar. Todo culminaba con la Eucaristía. Pero, hay que pisar tierra, y salir a nuestros ambientes, a nuestras responsabilidades, y contagiar el Amor que hemos experimentado de Dios y nuestro compromiso para encarnar al Señor en nuestras vidas y en las vidas de nuestros pueblos, en especial entre los preferidos de Jesús: Los pobres.
Un abrazo   Chema sds.


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