Entre luces y sombras, entre lo amargo y lo dulce ha sido este mes de Mayo para algunos de nosotros.
El 14 de mayo, comenzando el Retiro del Clero en el Karmeljuyu, hemos recibido la noticia del traslado de Monseñor Alvaro Ramazzini, a la Diócesis de Huehuetenango. No nos metemos en cómo se realizan los cambios desde la nunciatura, y las consultas a la conferencia episcopal, lo que sí sabemos es que a nuestro Obispo le cuesta dejar esta diócesis en marcha, que en sus más y sus menos va caminando. Han sido 22 años en una dura realidad que se ha vivido en esta Diócesis de S. Marcos, desde los años de la violencia, de las amenazas y persecuciones de este obispo por ser voz de los empobrecidos, de los últimos en su lucha por la justicia y los derechos humanos de todos los habitantes de esta Diócesis. Incertidumbre, cierta tristeza e inquietudes han aflorado en nuestro retiro, que nos ha dado como despedida Monseñor Alvaro.
El 14 de Junio, le acompañaremos primero Dios a su nueva Diócesis. No hay duda que será bien recibido, y que podrá realizar una misión ardua en la apertura, dinamización y búsqueda de lo mejor para esa Diócesis y el rebaño encomendado. Estará en nuestras Oraciones.
Así mismo después de un año y medio de servicio y misión en S. Pablo, también Chema es trasladado a S. Sebastian. Tampoco quiero meterme en las decisiones de los superiores en hacer cambios, que ven dentro de las dificultades que es lo mejor para todos. Entre lo amargo y lo dulce, hay que ir asumiendo esta realidad, esperando que el Señor me vaya dando las señales que necesito para ir aceptando su voluntad y no la mia.
Paseo a finales de Mayo con las Hermanas Franciscanas de la Asunción y sus candidatas a las Cascadas y baños termales de la Igualdad, una comunidad que he atendido con gran cariño y dedicación en medio de mis debilidades, intentando ser compasivo y mostrarles el rostro del Dios de la misericordia y del amor. Intentando descubrir que ellos, están en el corazón de Dios.
En medio de esta realidad, tuvimos la dicha con el grupo de catequesis de Confirmación, de ver un Quetzal en su nido, con su cola fuera del nido, que deja siempre fuera. Y cuando vuela es un espectáculo de colores y de belleza.
Un regalo del Señor en medio de esta naturaleza bendecida por el Creador y que tanto destrozamos por nuestro vil egoísmo. Gracias a Dios esta zona está protegida. Sigamos sembrando semillas de vida, de naturaleza, de limpieza y cuidado, de respeto y delicadeza con todo lo que el Señor nos ha regalado. Sigamos sembrando las semillas del Reino.
Ya para terminar una foto de despedida de nuestro retiro y de Monseñor que se encuentra a la izquierda de >>Santi, en medio del grupo de sacerdotes y religiosos ahí presentes.
Alrededor de 40 sacerdotes para esta inmensa Diócesis que tiene casi un millón de habitantes, sino más. Con los cursos de Formación y la misión de tantos sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas comprometidos y entregados, dentro de su sencillez y pobreza, se mantienen con sus más y sus menos muchas comunidades pertenecientes a cada Parroquia.
Hay Parroquias que tienen más de 120 comunidades o Aldeas. Seguimos pidiendo al dueño de la mies que envíe trabajadores a su viña. Que sepamos valorar y colaborar, entusiasmar y acompañar a tantos hombres y mujeres que entregan su vida por el bien de sus comunidades y que todos seamos servidores humildes, sacrificados y solidarios con todos los que el Señor nos ha encomendado.
No hay duda que en medio de tantas realidades que vemos cada día de violencia, explotación, e injusticias, en medio de estas culturas tan ricas en valores pero tan machacadas y manipuladas, en medio de tanta ignorancia provocada y bajos niveles de educación, con tantas dificultades para la promoción y dignificación de las personas, seguiremos sembrando semillas de humanidad, de comprensión, de bondad y benignidad, de solidaridad que nos ayude a todos a evangelizar, a encontrar luces en medio de nuestras realidades para ir tomando acciones que ayuden a transformar estos ambientes y otro mundo sea posible.
Un abrazo desde los últimos donde se descubre que están en el corazón de Dios y nos enseñan que es posible que no seamos felices en Dios, por no verlo en los hambrientos; es posible que jamás yo llegue a Dios, por no llevarlo en las entrañas como María lo llevó. Es posible que no llegue a ver a Dios por no ser compasivo y acompañarles en su dolor. Chema sds.