LOS QUE HEMOS CONOCIDO Y VIVIDO CON EL P GERARDO sabemos que fue un salvatoriano entregado y cabal. Testimonio misionero, entusiasta de Jesús y su evangelio. Sabemos que desde el encuentro con el rostro del Padre Dios estará intercediendo por nosotros para que revitalicemos nuestra vida y entrega a nuestra vocación y carisma salvatoriano. Un abrazo y hasta siempre. Allá nos veremos con la misericordia del Padre Dios.
A sus 79 años de vida y en el 59º de vida religiosa, nos dejó el: Padre Gerardo Geyskens Salvatoriano. Nació en Ellikom el 18 de junio de 1939 y ha muerto en Genk el 24 de abril de 2018.
El 8 de septiembre de 1959 hizo su primera profesión religiosa en nuestra Sociedad del Divino Salvador (Salvatorianos) en Passau y fue ordenado sacerdote por su Eminencia el Cardenal Cardijn en Meeuwen el 10 de julio de 1966. «En fuego y llamas» [fogoso e inflamado], es una buena caracterización del P. Gerardo. Uno de sus carsmas, era la facilidad para acercarse a la gente. En el internado del “Salvator College” en Hamont (Bélgica), fue un líder entusiasta del Grupo Juvenil. Y al igual que el gran cardenal Joseph Cardijn, el P. Gerardo también poseía don de palabra. A lo largo de su vida, se mantuvo contento y orgulloso de haber sido ordenado sacerdote por el cardenal Cardijn. Como joven estudiante de teología en Roma, el P. Gerardo, tuvo el privilegio de poder vivir muy de cerca del Concilio Vaticano II. Así, aumentó aún más su fuego y entusiasmo por Cristo y su Iglesia. Tuvo el mismo entusiasmo apostólico a lo largo de toda su vida: en Logroño (España); en su obra parroquial en Overpelt y Neerpelt; y finalmente en su gran misión en Suriname: la parroquia de la Santa Epifanía en Paramaribo. Durante más de la mitad de sus años como Salvatoriano y sacerdote, el P. Gerardo vivió y trabajó en esta segunda patria, que amaba. Se comprometió él mismo, y no solo un poco, sino que también logró encontrar e inspirar a los empleados a trabajar con igual entrega. El P. Gerardo ha logrado conocer el corazón de innumerables personas, especialmente en Suriname, como lo atestiguan las abrumadoras reacciones con ocasión de su muerte. Él ha significado mucho para su gente. Uno siente, que para muchos, ha fallecido un buen amigo. El momento del encuentro con Dios, aparentemente llegó como un ladrón en la noche, sorprendentemente rápido e inesperado. Pero el P. Gerardo ha seguido el camino de la fe. Aparentemente, el próximo paso es la oscuridad. Pero debido a que él estaba conectado como un sarmiento con Cristo, su Salvador, la vid viviente, podemos creer que ahora está conectado a la vid que da vida por encima de la muerte. Cristo invitó al P. Gerardo no a seguir un solo camino. Invitó al P. Gerardo, y también a nosotros, a seguirlo, porque Cristo mismo es el Camino. Queremos también traer aquí una cita significativa, y, después, completarla: «P. Gerardo, ¡cuán impresionantemente has mostrado a la gente lo mucho que tú has significado para ellos a partir de la fe cristiana! Yo lo he visto con mis propios ojos». Agregamos: » … cómo a partir de tu relación viva con Cristo has podido significar tanto para la gente». El P. Gerardo fue un discípulo de Cristo, porque dio frutos abundantes en Cristo: un discípulo verdadero. Así como los 3 Santos “Reyes Magos” vinieron a Cristo con sus dones, así el P. Gerardo puede llegar ahora a Cristo con sus dones y darle a su Salvador toda gloria. Que el P. Gerardo, conocido y amado por el Salvador, mire ahora con benevolencia desde el cielo a las personas con las que vivió y trabajó, así como a todo lo que él ha fundado.
Que él ahora, después de todo lo que ha trabajado en la viña del Señor, descanse en paz.