PARA QUE NUESTROS PUEBLOS TENGAN VIDA Y VIVAN LA PAZ
Reunidos los Obispos de Centroamérica en la Asamblea Plenaria Anual del SEDAC, del 22 al 26 de Noviembre, en el Centro Pastoral Diocesano Mons. Enrique Bolaños, Diócesis de Alajuela, Costa Rica, queremos dirigir un mensaje fraterno a las Iglesias particulares en las que ejercemos el ministerio episcopal, y a los pueblos centroamericanos.
1. Celebramos nuestra reunión entre la festividad de Jesucristo Rey del Universo y el inicio del tiempo de Adviento. En el espíritu de estos días, hemos comenzado poniéndonos en silencio orante, a la escucha de la Palabra de Dios porque Cristo es el centro y la referencia de nuestra misión, de nuestra labor y ministerio. Cristo y su Evangelio es la meta a la que aspira el corazón humano y le da sentido y consistencia a la vida.
Sea esta ocasión para agradecer al Santo Padre, Benedicto XVI por el regalo de la Exhortación Post-Sinodal Verbum Domini Sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. Ella iluminará y dará impulso a la animación bíblica de nuestras pastorales y de la Misión Continental, así como será para todos nuestros pueblos guía en la lectura y escucha orante de la Palabra.
2. Fortalecen el ánimo los signos de esperanza que se van produciendo, entre otros la renovación espiritual y el amor por la Palabra de Dios en nuestras Iglesias Particulares, el crecimiento de protagonismo de organizaciones de la sociedad civil a favor de la ética y los valores cívicos, aunque todavía sea débil el tejido social intermedio; el continuar consolidándose nuestras democracias, pese a las tentaciones de autoritarismo disfrazado de populismo; el aumento de empresarios con conciencia de su responsabilidad social; la firmeza en la fe y en la solidaridad de nuestros pobres y excluidos, tan amados del Señor. ¡Damos gracias a las maravillas que el Espíritu hace en nuestro camino hacia la Casa del Padre. acompañados por María, primera discípula y madre de misioneras y misioneros!
3. Con gran preocupación y a la vez con esperanza, hemos tenido presente en nuestra oración el actual conflicto fronterizo entre los gobiernos de dos países hermanos: Nicaragua y Costa Rica. Consideramos indispensable para la superación de tal situación la vía del diálogo asumido con sinceridad y responsabilidad. Exhortamos a ambos gobiernos para que, con buena voluntad y conscientes de que el proyecto de Dios para nuestros pueblos es de paz y justicia, se esfuercen en solucionar el diferendo en el menor tiempo posible. De este modo colaborarán a fortalecer los propios vínculos de historia, cultura y amistad entre estos países hermanos y entre todos los pueblos de Centroamérica.
4. Hemos compartido las experiencias de la Misión Continental en nuestras diócesis, vicariatos y ordinariato. Hemos constatado los frutos que está produciendo. También hemos detectado las resistencias al cambio, pero avanzamos asumiendo lo que señala el Documento Aparecida (cf DA 11 y 12). Todos nuestros agentes de pastoral fortaleciéndose en la vivencia de ser comunidad de discípulas y discípulos del Señor, misioneros en el día a día en todas las acciones humanas.
Agradecemos al Papa Benedicto XVI su iniciativa de un nuevo dicasterio dedicado a la Nueva Evangelización y su convocatoria a un próximo Sínodo sobre la misión esencial de la Iglesia: la evangelización (cfr. Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi), la misión (Encíclica RedemptorisMissio). Todo ello animará a nuestro pueblo católico a estar en misión permanente.
También hemos compartido informes sobre resultados de las actividades hechas durante el Año Sacerdotal y sus frutos. A este propósito nos causa alegría el anuncio del próximo Congreso Continental sobre Vocaciones a realizarse en Cartago, Costa Rica, del 31 de enero al 6 de febrero de 2011
5. Constatamos cómo sigue agrandándose la herida de las Migraciones. Ellas serían un gran don de riqueza humana, cultural, para los países receptores, pero las condiciones en que se dan son inhumanas. Tampoco los migrantes son terroristas y narcotraficantes; ellos pueden ser los protagonistas de nuevos caminos y de nuevos tiempos. Somos países de origen y de tránsito, otros de destino, todos tenemos responsabilidades. Reconocemos que en los lugares de origen las políticas públicas, las tareas empresarial e inversionista son todavía muy deficientes frente a la necesidad de un desarrollo integral (cfr. Encíclicas Populorum Progressio, Caritas in Veritate). Es la pobreza y la extrema pobreza la principal motivadora de la migración, pero en el camino y en el destino encuentra un calvario de maltratos y explotación tanto por funcionarios y autoridades policiales, como por contrabandistas y delincuentes, incluso siendo víctimas de la trata de personas, en particular las mujeres, explotadas sexualmente, y las niñas y los niños. A esto se añade el secuestro exprés, en continuo crecimiento, las desapariciones, las muertes. Se violan los derechos humanos fundamentales, hay explotación laboral, desprotección social (salud, educación, vivienda), racismo xenofóbico. La marcada debilidad de las instituciones de justicia en muchos lugares y la corrupción, permite al crimen organizado operar impunemente.
Queremos reforzar el diálogo y la cooperación entre las Iglesias de salida, de tránsito y de acogida, en orden a dar una atención humanitaria y pastoral a los que se han movilizado. Pero también nos preocupa la creciente migración interna en nuestros países. El paso del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida tampoco está exento de injusticias, así como de las llagas del desarraigo. Se requiere identificar lugares de procedencia y de destino y animar a establecer redes interparroquiales e interdiocesanas para un acompañamiento misionero.
6. No toda inversión es deseable. Es el caso de la minería. Ella se ha convertido, junto con la deforestación, en la mayor amenaza para la sostenibilidad ambiental en la región. En general, los países tienen leyes débiles ante la inversión extranjera y una laxa reglamentación que no garantiza que sustancias contaminantes como el cianuro, se manejen con seguridad para la salud de la población. Tampoco se han desarrollado mecanismos de consulta legítimamente reconocidos que permitan a las comunidades afectadas informarse verazmente y hacer valer sus demandas. Exigimos que desastres ambientales como los ya ocurridos, no se repitan. Por esto observamos con preocupación la explotación minera en Guatemala. En particular, levantamos nuestras voces pidiendo a nuestros parlamentos legislativos la creación de leyes que prohíban la explotación minera de metales preciosos mediante cianuro, como lo ha hecho ya Costa Rica, de lo cual nos congratulamos.
Como pastores, en la labor misionera queremos intensificar la toma de conciencia por parte de nuestros fieles de que la dimensión ecológica es parte integrante de la espiritualidad cristiana (cfr. Mensaje para la Jornada Mundial por la Paz 2010)
7. Los cambios climáticos afectan a los más vulnerables; también en nuestra región. Llamamos a los gobiernos para pedir políticas públicas ante los riesgos que implica el cambio climático para nuestros pueblos. La deforestación creciente, los gases del efecto invernadero producidos especialmente por las emisiones de carbón resultado de la energía fósil (petróleo, gas y carbón) inciden en el aumento del calentamiento. Se necesitan estudios integrales en sectores intensivos en uso de energía y en el manejosustentable de los recursos con mejores tecnologías, que contribuyan a un crecimiento económico basado en un desarrollo limpio. Lo que se requiere es otro estilo de vida.
El aumento de las temperaturas, de las lluvias, de las inundaciones, genera un ambiente propicio para la transmisión de enfermedades infecciosas y otras como el dengue. Los más afectados son los más marginados, los que viven al borde de zonas inundables, en viviendas precarias; los pequeños agricultores; los relegados por esta sociedad a los sitios más hostiles. Aparecen grupos que son auténticos refugiados ambientales y sin seguridad jurídica. Se trata de un reto ético para todos, sea la acción humana la causante o no. Como pastores trabajamos en la formación de la conciencia moral respecto a los bienes de la creación y su destino universal.
8. La corrupción y el terrible daño que produce en pérdida de posibles recursos de desarrollo social a favor de los pobres, sigue produciéndose. Es un pecado personal y social al mismo tiempo. El fortalecimiento del Estado de Derecho constituye un freno efectivo a la corrupción, pero en la realidad que vivimos es manifiesta la debilidad de las instituciones y promover la auditoría social, lo que genera impunidad de hecho contribuyendo a más corrupción. Tampoco ignoramos el crecimiento de la violencia y el crimen organizado, del sicariato y el narcotráfico, de las pandillas llamadas “maras”.
El Evangelio pide ir a la raíz del mal, el pecado en el corazón humano. La obra misionera contribuye a erradicar de nuestras culturas la insensibilidad ante la corrupción y fortalecer el respeto por la vida humana. Instamos a nuestros fieles a tener una más viva participación en la vida pública, así como esmerarse en el cuidado de los hijos educándolos en los valores del diálogo y de la paz, del no a la corrupción, en lo que los padres de familia deben ser los primeros en dar testimonio.
Bajo la protección maternal de Nuestra Señora de Los Angeles en los 375 años del hallazgo de su imagen, y agradecidos por la cordial acogida de la Iglesia de Costa Rica y del noble pueblo costarricense, enviamos desde esta Asamblea nuestra bendición y oración paternal.
Centro de Pastoral Diocesano Mons. Enrique Bolaños, Alajuela, 26 de noviembre de 2010
S.E.R. Mons. Leopoldo Brenes S.E.R. Mons. Jorge Solórzano
Arzobispo de Managua Obispo de Granada
Presidente del SEDAC Secretario del SEDAC