Formas y Medios

Para promover nuestra misión Salvatoriana, el P. Jordán nos urgió a que estuviéramos dispuestos a usar «todas las formas y medios» acordes con los signos de los tiempos. Ya que estamos comprometidos en una gran variedad de apostolados, Dios, la Iglesia y nuestro mundo nos llaman continuamente a fortalecer la autenticidad de nuestro testimonio personal y comunitario, a preparanos para nuestros apostolados, a evaluar la efectividad de lo smismos, y a responder a los nuevos desafíos, de acuerdo a los siguientes criterios:

1. Crear métodos a fin de conseguir conciencia religiosa en la gente a través de la formación cristiana y del desarrollo espiritual;

2. Colaborar con toda la Familia Salvatoriana, compartiendo responsabilidad con los laicos; cooperar en empresas ecuménicas y con los que trabajan en apostolados similares a los nuestros así como en la promoción de la vida y los derechos humanos;

3. Preparar laicos y comunidades cristianas a fin de que se comprometan en liderazgos en la obra evangelizadora;

4. Relacionarnos con aquellos a quienes anunciamos el Evangelio, mediante experiencias mutuas de vida, fe, comunidad y oración;

5. Atender las necesidades de los pobres y de los que han sido relegados a la marginación social, en una forma. tal que les impulse a transformar ellos mismos su situación, ser sujetos de su propia historia;

6. Promover el espíritu misionero/ y apoyar la actividad misionera por medio de personal y/o financiación;

7. Educarnos a nosotros mismos y a los demás a fin de que respetemos la creación y usemos los recursos naturales con justicia y responsabilidad.

La presencia de estos criterios marca nuestros apostolados y actividades, cualesquiera que sean, como auténticamente Salvatorianos. Hoy en día, una lectura de los signos de los tiempos y de las recomendaciones de nuestras Provincias y Misiones acentúa los siguientes aspectos:

  • Centros pastorales que sirven a toda la persona ofreciendo una amplia gama de servicios, tales como: enseñanza religiosa y preparación para el apostolado, desarrollo humano y promoción de la vida familiar, cuidado de la salud, consejería psicológica, y ayuda económica;

  • Evangelización a nivel parroquial a la luz de nuestro carisma Salvatoriano en comunión con la iglesia particular;

  • Evangelización a través de los medios de comunicación social;

  • Pastoral juvenil que muestre las diferentes dimensiones de la vocación cristiana.